lunes, 5 de agosto de 2013

En abril de 1918 se nombró el primer jefe de la entonces llamada Aviación Naval, el capitán de corbeta Pedro María Cardona Prieto, popularmente conocido por «don Pedro», oficial de sólido prestigio y verdadero «padre» de este nuevo servicio de la Armada Española, al igual que el luego almirante Mateo García de los Reyes lo sería, también por aquellos mismos años, del Arma Submarina.

Durante un largo período de tiempo, el entusiasta C.C. Cardona se dedicó a estudiar y analizar todos los aspectos referidos al futuro servicio aeronaval, realizando diversas comisiones y viajes al extranjero, a fin de estar perfectamente al día del desarrollo de la aviación naval en otros países, recibiendo la colaboración de diversos oficiales de marina que habían obtenido en años anteriores los títulos de piloto u observador de aeroplano.

Por fin, en mayo de 1920 comenzaron las primeras acciones tangibles, al encargarse a los TN Capdevila, Sartorius y Tamayo un estudio sobre el futuro emplazamiento de una escuela de hidros en Cartagena o sus inmediaciones, que terminaría con la elección de San Javier, en el Mar Menor, aunque aquella ambiciosa base aeronaval tardaría aún muchos años en iniciarse.

En septiembre se cambió la denominación oficial de Aviación Naval por la de Aeronáutica Naval, ya que el nuevo servicio iba a disponer también de diversos medios de aerostación. En octubre se con siguieron los primeros créditos para empezar a adquirir material, dos millones de pesetas, comprándose aviones Avro 504 de escuela -capaces para ruedas o flotadores indistintamente-, cazas Martinsyde procedentes de la Aviación Militar e hidroaviones Felixtowe de reconocimiento y bombardeo y Macchi M.18 de escuela, así como hangares portátiles desmontables.

Se eligió la ciudad de Barcelona como sede provisional de la Escuela de Aeronáutica Naval, en espera de hacer realidad la futura base de San Javier –provisionalidad que se prolongaría muchos años más de los previstos por aquel entonces-, montándose las primeras instalaciones en el aeródromo del Prat, lugar conocido también como campo de la Volatería. Por su parte, el Ministerio de la Guerra cedió el hangar del dirigible España, que estaba montado en Cuatro Vientos.
En enero de 1921 comenzó el primer curso para oficiales de la Armada destinados al servicio aeronaval, mientras que en marzo empezó a llegar el material de aviación y aerostación encargado en los meses anteriores. Y llegó aquel 18 de mayo, primer día de vuelo de los oficiales alumnos con sus instructores, que podemos considerar el bautismo del aire de la aviación naval española. El 7 de junio se realizó la primera ascensión en globo libre y el 10 de septiembre en globo cautivo, mes en que pasaron al servicio de la Escuela el destructor Audaz y el antiguo crucero Río de la Plata, incorporándose poco después cinco lanchas motoras adquiridas en Gran Bretaña y rebautizadas como «H- l» a «H-5». Volveremos posteriormente a referirnos a todos ellos.

Fotografía nº 1:  El portaaeronaves Dédalo, con el dirigible semirigido que portaba, junto a varios hidroaviones en cubierta. Anónimo, ca. 1.925. Nº reg. 17.555. Del libro Hombres y Barcos. La Fotografía de la Marina Española en el Museo Naval. (1850-1935).
Fotografía nº 2: Bonita vista del Dédalo. Se aprecia la bodega para estibar los dirigibles S.C.A. De la revista Ibérica. El Progreso de las Ciencias y de sus Aplicaciones, Año IX. Tomo 2º. Vol. XVIII. Num.434, de 1º de julio de 1922.

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